miércoles, 30 de noviembre de 2016

Editorial #30 - 23 de Noviembre de 2016

Somos los pibes y las pibas, la juventud que pelea por sus derechos. Los trabajadores y trabajadoras de las cooperativas junto al pueblo solidario. Los que estudiamos, en la escuela y en la calle. Las madres y los padres. Quienes sufrimos el maltrato policial y la violencia institucional. Los discriminados por usar visera. Quienes formamos parte de las organizaciones sociales, culturales y políticas. Los futbolistas que soñamos ser futbolistas. Los pibes de la esquina. Los músicos y las militantes. El presente y el futuro. 
Marchamos para terminar con la violencia policial. Estamos en la calle para reclamarle al Estado que garantice nuestros derechos, y para que la sociedad los conozca. Marchamos para que no nos discriminen, ni nos miren con desprecio. 
Para demostrar que los jóvenes no somos peligrosos, que queremos crecer, poder estudiar y trabajar. Salimos a la calle para que no haya más muertes por violencia de género, y porque vivas nos queremos. 
No queremos un Estado con Gorra, queremos políticas de promoción de derechos en los Barrios. 
En nuestro país, y fundamentalmente en la Provincia de Buenos Aires, aumentan los discursos y prácticas de que pretenden cargar todos los males de nuestra sociedad sobre los pibes de los barrios populares. Se construye a quienes usamos gorra, nacimos en barrios populares como enemigos de la Sociedad, legitimándose de este modo todas las violencias físicas, discursivas y simbólicas que padecemos diariamente. 
Se incrementa la cantidad de efectivos policiales, y lo único que crece del Estado es su poder de garrote. Los números hablan por sí solos: 
  • En abril de 2016 la Policía Local realizó 305 intervenciones por “actitud sospechosa”. En septiembre de 2016 esas intervenciones se elevaron en un 500%.
  • En los últimos seis años, las víctimas del gatillo policial fueron jóvenes de entre 16 y 25 años, a manos de efectivos de la Bonaerense, que intervienen estando fuera de servicio con sus armas reglamentarias, en dudosas “defensas de la propiedad”.
  • Eel Estado insiste en que más policía es más seguridad, repitiendo la política que se viene utilizando por lo menos desde 1998, y que se ha demostrado un fracaso para evitar el aumento del delito organizado.-
Esto, que llamamos policialización de la Seguridad, se ve agudizado por el fenómeno de la Policialización de la Justicia, que hace que en la Provincia de Buenos Aires, de cada 10 causas penales que se forman 9 son por delitos en Flagrancia.
Por eso, defendemos fuertemente los derechos y garantías constitucionales que existen desde que nuestro país existe como tal, y que no son de “los delincuentes” como ciertas voces mediáticas y políticas gustan decir, sino que son requisitos y derechos propios del Estado de Derecho, conquistados luego de años de abusos y violencias cometidas por parte del Estado en contra de los “enemigos de turno.” 
Ese cuadro de aumento de la represión y el garrote del Estado, sólo servirá para, además de seguir poblando las cárceles de nuestra Provincia, tratar de controlar a todos aquellos que nos organizamos contra la pérdida de derechos, contra la transferencia de recursos en favor de los que más tienen y en perjuicio de los que cada vez menos tenemos, facilitando el recrudecimiento de la represión y la criminalización de la pobreza y la protesta social. 
Este fortalecimiento de la cara represiva del Estado, se ve agudizado por la ausencia cada vez mayor del Estado en la promoción y aseguramiento de los derechos de niños, niñas y adolescentes.
La violencia policial y la ausencia de derechos son dos partes de un mismo círculo vicioso, en el cual la violencia policial encuentra más lugar y más grietas para agravar la situación de los pibes y las pibas, gracias a las ausencias en promoción y protección de derechos. Por eso, cuando la única cara del Estado que conocen nuestros pibes y pibas es la que viene con Gorra y Bastón, la ausencia del Estado también es violencia, violencia institucional.
Así, no se ha designado al Defensor de los Derechos del Niño, y sigue sin existir la oficina del Observatorio social. 
A eso se suma la escandalosa desigualdad que se observa comparando el presupuesto destinado a niñez con el que se destina a “seguridad”: el presupuesto que destina la provincia de Buenos Aires a niñez y juventud bajó drásticamente entre 2015 y 2016: por cada 1 peso que la Provincia destinó en 2016 al área de Niñez y a Adolescencia, se pusieron 156 pesos para “seguridad”.- 
Toda esta situación de vulnerabilidad por ausencia de políticas estatales en la cual se encuentra la niñez y juventud se ve agravada para las mujeres, femenización de la pobreza,  y que se agrava aún más para aquellas que sufren violencia de género, frente a la cual preocupa la falta de políticas públicas activas.
Pero ante este panorama, no nos quedamos sentados, sabemos que los derechos que a lo largo de la historia conquistamos, lo hicimos gracias a la lucha colectiva, porque democracia es mucho más que votar. Para ejercer nuestros derechos los debemos conocer, pero además, para ejercerlos y ejercer la democracia, entendemos que es fundamental la organización colectiva y el derecho a la protesta. 
Frente al individualismo y el vacío de los espacios públicos que nos proponen, nosotros y nosotras seguimos reivindicando que juntos y juntas es que podremos avanzar en una sociedad más justa e igualitaria.- 
La organización de las y los jóvenes, y la participación colectiva para la resolución de los conflictos y el acceso a derechos, es lo que anteponemos al ninguneo y la violencia estatal. 
Por eso, repudiamos todo tipo de criminalización y represión hacia la protesta, la militancia organizada y la juventud, porque son partes fundamentales en la construcción de una Sociedad respetuosa y promotora del acceso a derechos, para la resistencia a las políticas neoliberales y para conquistar los derechos que faltan cuando abundan las necesidades.
Esta es la marcha de todos y todas. Es la lucha que no termina hasta que cada pibe y piba tenga garantizado su derecho a un futuro, pero sobre todo a un presente feliz y digno.

(extractos del documento de la 2º Marcha de la Gorra realizada en Mar del Plata el 21 de Noviembre de 2016. Podés leer el documento entero acá)

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